Las emociones inexpresadas nunca mueren. Son enterradas vivas y salen más tarde de peores formas.
En nuestra vida cotidiana utilizamos conceptos psicológicos con cierta frecuencia y muchas veces sin darnos cuenta. Algo parecido ocurre con otras disciplinas que van pasando a formar parte de nuestro universo cotidiano independientemente de nuestra construccion ideológica.
Veamos cómo estos conceptos influyen en nuestra visión del mundo y en la construcción de nuestras relaciones desde una perspectiva femenina.
Algunos conceptos psicoanalíticos como los trastornos psciosomáticos y de entre ellos un grupo llamado trastornos psicotóxicos (Donald Winnicott, Luis Chiozza, René Spitz, Marta Beckey) que son patologías psicosomáticas que se desarrollan durante el primer año de vida, son producto de la deformación de la relación objetal durante el primer año de vida donde la madre actúa como toxina psíquica.
Esta tesis proveniente del Psicoanálisis sienta las bases de la «culpabilización» de la figura materna.
Veamos otro ejemplo
En cuanto al complejo de castración que marca el ingreso al Edipo todo circula alrederor del falo y la mujer cuando toma conciencia, se sabe castrada, el tiempo le ha desvelado que no tiene falo y que nunca crecerá, y culpa de ello a su madre, pues es quien la ha «fabricado mal»
Las madres hemos fabricado mal a las futuras madres.
¿Cómo podemos encontrar salida? IMPOSIBLE. Cumplimos así el mito de la primera mujer, Eva que fue la culpable de que la humanidad perdiera el paraíso.
Podemos inferir entonces que la eficacia de esta metodología procedente del psicoanálisis reside más en la propia fortaleza de las personas analizadas y en la calidad de la relación terapéutica que se haya establecido. Y esta es la línea transversal de cualquier psicoterapia efectiva
La intención de este breve artículo es ofrecer una visión crítica que pueda ayudar, sobre todo a las mujeres, a quitarnos de nuestros hombros el peso del mundo.
Un saludo