Si te estás preguntando cómo identificar a personas manipuladoras seguramente es porque ya has tenido alguna experiencia y no quieres repetirla. Posiblemente necesites ayuda profesional para restablecer la confianza perdida en las relaciones humanas tras una experiencia de este tipo. La relación de ayuda que se establece en un Proceso Terapéutico es la idónea para recuperar esa confianza.
También puede que en un acto humano de los más nobles que existen reflexiones acerca de si eres una persona manipuladora. Este artículo te interesa.
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Qué es la manipulación
La Manipulación es el recurso que hemos encontrado los humanos para conseguir de nuestros semejantes lo que queremos sin utilizar la violencia reprimida con el desarrollo de la civilización. Aún así, por el peligro real que existe de cometer abusos y someter a otras personas a nuestra voluntad, los seres humanos hemos necesitado generar un sistema de control: Las Leyes, que nos indican qué es tolerable y qué no.
Afortunadamente la legislación va cambiando para acoger derechos que no se había visto necesario defender con anterioridad como el sufragio femenino o la Ley de Protección Integral y Contra la Violencia de Género de 2009 la cuestión es, sin embargo, que tener derechos no significa que los estemos disfrutando. Para disfrutarlos hay que ejercerlos de manera activa.
Aquí es donde entra en juego la capacidad de darnos cuenta de cómo alguien está tratando de sacar beneficio de su relación con nosotros para someternos y por decirlo de manera gráfica “usarnos”. No es fácil. La cuestión es que nos vamos encontrando a lo largo de la vida en diversas ocasiones con personas con las que establecemos una relación determinada de la que finalmente salimos (con suerte) sin energía y es que, si algo define a la persona manipuladora, es el vampirismo emocional y no siempre sabemos identificarla.
Para identificar una relación manipuladora, es altamente recomendable leer a Nùria Mata en su libro titulado precisamente así: La manipulación. La Perversidad del Pequeño Poder. En el que explica cómo es una relación manipuladora. Las claves que os ofrezco resumidamente aquí, están más extensamente explicadas en este pequeño libro que te leerás de una sentada si te interesa este tema. Procura prestar atención a las consecuencias para tu propia salud que tan bien describe esta autora al final del libro.
Claves para detectar la manipulación
- Las personas que quieren manipular una relación por norma general no se comunican de forma clara asumiendo la responsabilidad de lo que dicen mediante una afirmación propia.
- En lugar de decir: – No como pan. Necesito cuidarme.- Dirá: -No puedo comer pan, me lo ha prohibido el médico. Es decir, son siempre sujetos pasivos de los actos de los demás y no toman decisiones de forma abierta.
- No contestará a tus preguntas sencillamente aunque estas requieran de una contestación directa. Como los políticos cuando les preguntan acerca de algún tema comprometido.
- Cuando enuncian una opinión e incluso cuando participan en una charla desenfadada en la que se intenta arreglar el mundo, dejan sus opiniones siempre abiertas de manera que a lo largo de la conversación siempre pueden decantarse del lado que más les convenga.
- Habitualmente dejan el sentido de lo que dicen abierto y obligan al interlocutor a completar el sentido de lo que han querido decir pero si se contrasta lo que se ha entendido resulta que nunca acertaremos. Es una manera de dejar abierto el camino por si necesitan huir. La respuesta la tienen siempre a mano si la situación se vuelve comprometida: –Yo no he dicho eso-.
- Tampoco hablarán de sus deseos o de lo que creen que es mejor con claridad. Te harán creer que eres tú quien toma la decisión y por supuesto no dudarán en hacerte responsable de lo que suceda, sobre todo si el resultado es negativo. Si es positivo puede que tengas suerte de que te incluyan como coautor pero no está garantizado.
- Darán una imagen de ti poco atractiva a quienes le rodean. Para ello no dudarán en revelar información comprometida sobre ti, resaltar algún desliz o utilizar una imagen tuya en la que salgas desfavorecido/a.
- Buscarán tus debilidades o incluso te harán creer que las tienes aunque no sea así para asegurarse que construyen una imagen de ti lo suficientemente débil y que puedan utilizar a su conveniencia. Por ejemplo: ante la muerte de un ser querido te podrían llegar a decir algo así: – Oí durante el funeral comentarios sobre (tu ser querido) y estuve a punto de decir que no se habla mal de una persona que ha muerto-. Con esta comunicación pretenden que veas que trató de defender la imagen del difunto con sus altos valores morales, aunque no lo hizo y de paso te ha hecho saber que alguien lo ha puesto verde. ¿Alguien duda del dolor que esto pueda provocar? Seguramente estamos de acuerdo en que es una información que no diríamos a quien acaba de perder a un ser querido porque lo verdaderamente ético es no aumentar el dolor sino acompañarlo en la medida que podamos hacerlo. Esta premisa la tiene clara también la persona manipuladora, aunque se haga la inocente y enarbole la bandera de la virtud moral, en su fuero interno, no reconocido jamás, quiere hacerte daño y en cuanto ve la ocasión no duda. En este sentido es un gran depredador humano expresión que adopto del Dr. Iñaki Piñuel.
- Son excelentes publicistas de sí mismos, como se puede apreciar en el ejemplo anterior, aunque en la mayoría de los casos utilizan logros que no les pertenecen. Lo curioso además es que la modestia será otra de sus banderas más visibles.
- Son capaces también de disculparse pero no creas que van a reconocer absolutamente nada, te dirán más bien algo así: Disculpa si es que he hecho algo que te haya molestado. Ha sido sin mala intención.- de nuevo sin concretar ni revelar nunca su posicionamiento.
- Aunque se comporten de esta manera contigo, la imagen externa es la de una persona abnegada, sacrificada y generosa. Esta imagen externa hace más difícil aún alejarse de estas relaciones y encontrar apoyos en este camino. Por una parte, es difícil darse cuenta de que estamos viviendo este infierno, porque tenderemos a buscar la responsabilidad en nosotros mismos. Si finalmente nos hacemos conscientes y hablamos de la realidad que vivimos inmersos en esta relación, con toda probabilidad no nos creerán e incluso perderemos la confianza de la persona en quien hayamos querido buscar apoyo.
Nótese el paralelismo de estas actitudes con las declaraciones que cualquiera hemos tenido ocasión de escuchar en algún telediario, ante una situación de Violencia de Género de las personas que sin saberlo, vivían cerca de quien ha resultado ser un asesino al acabar con la vida de su pareja. Normalmente dicen, era un hombre normal, educado, símpático, trabajador, incluso en ocasiones, encantador… y a nadie se nos escapa el infierno por el que haya hecho pasar a su víctima antes del trágico final.
Las personas “meramente” manipuladoras no dan este paso violento, digamos que logran reprimir la violencia aunque la sienten con fuerza y la derivan hacia una relación de poder en la sombra. Donde secretamente se alegran de tus desgracias porque en realidad son un material de incalculable valor para someter tu voluntad…
Cómo manejarnos con personas manipuladoras
La única vía de escape es la confrontación clarificadora. Saber qué es la confrontación es fácil: el encuentro con otra persona cara a cara para discutir diferentes puntos de vista sobre un tema o situación y sus posibles soluciones. Es un ejercicio fundamental para enriquecerse con diferentes puntos de vista y encontrar soluciones conjuntas.
Cuando añado el adjetivo clarificadora quiero subrayar un tipo especial de confrontación que consiste en depurar o también ampliar con más información el mensaje que nos han transmitido. Normalmente esto lo hacemos si percibimos una incongruencia entre el mensaje verbal y el no verbal, incluso cuando no somos conscientes de esa incongruencia. Por ejemplo cuando un mensaje nos resulta confuso instantáneamente vamos a preguntar: ¿Qué? O -¿Cómo dices?-
Con la confrontación clarificadora vamos a transmitir la confusión que genera la falta de claridad y a pedir explícitamente que se especifique qué se ha querido decir, cómo se ha llegado a la conclusión que se nos ofrece, etc. Si lo que se nos pide es un salto de la lógica a la fe, entonces podemos afirmar que no sabemos qué intenciones tiene quien transmite el mensaje.
En el mejor de los casos puede que la persona tampoco tenga claro qué quiere. Pero si nos ponemos en lo peor, que a veces es cierto, entonces estamos ante una situación de manipulación en la que se pretende hacernos mirar en una sola dirección y para ello no interesa que tengamos determinada información. Esto es bastante perverso y lamentablemente muy utilizado en nuestra sociedad de consumo y lo que es peor, en nuestras relaciones personales.
Para tomar decisiones más libremente, para poder protegernos e incluso proteger a otras personas, necesitamos tener claro que nos falta información, porque lamentablemente este tipo de comunicación es utilizada por los lideres tóxicos para generar animadversión hacia quien se haya atrevido a expresar su desacuerdo. Cuestión que está en la base de todas las situaciones de acoso y violencia psicológica.
Cómo protegernos
- Pedir más información
- Explicitar las dudas: no sabemos si hemos entendido mal o es que no se han explicado bien.
- Prestar atención para saber si en la supuesta aclaración están esquivando la pregunta
- Confrontar de nuevo con la misma pregunta: -Sigo sin entenderte,…-.
Si aún así no conseguimos aclararnos, tenemos que concluir que no podemos intimar en esta relación porque no sabemos qué pretende la otra persona bien sea porque las intenciones son inconfesables o porque esa persona está siendo manipulada a su vez.
Mantente a distancia para proteger la propia salud y sobre todo, no le sigas la corriente porque puedes empezar a formar parte de una mayoría silenciosa que contribuye a que este tipo de violencia triunfe y como consecuencia de ello, a que muchas personas no desarrollen sus potencialidades al verse sumidas en un ambiente hostil, en el que además, las culpas se cargan sobre sus espaldas sin que pueda aún con todo su empeño hacer nada para espiar esa culpa ficticia.
Las consecuencias tienen que ver con la Indefensión Aprendida de Seligman, es decir, se acaba por concluir que nada de lo que se pueda hacer va a cambiar las cosas, así que no se hace nada…
Afirmar la propia identidad pasa por aprender a ser capaz de confrontar estas situaciones de una manera adecuada y puede hacerse, sin ninguna duda puede y debe hacerse. Si solo o sola no encuentras la manera pide ayuda a un profesional, estamos a tu disposición.